Este fue uno de los mejores lugares que visitamos en nuestro viaje de seis semanas en Costa Rica. No solo el personal fue excelente, servicial y atento, sino que también cuidaron muy bien a nuestro hija de dos años. ¡Prepararon comidas especiales para ella, consiguieron ayudarla a buscar los huevos de las gallinas (aún habla de eso) y le ayudaron a ordeñar las vacas una mañana y hacer su propio chocolate caliente! Ella nunca quiso irse … También tienen un pequeño sendero alrededor de la propiedad, donde también se puede caminar por la noche y admirar los cambios. La casita que alquilamos era espaciosa, limpia, cómoda, con nevera, calentador de agua y un bonito porche. Sin duda recomendaría este lugar y me encantaría volver.
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